Alguna vez fue ídolo de multitudes en el Estadio Azteca en México, temido por defensas y amado por los hinchas del Club América. Hoy, Salvador Cabañas pisa otros terrenos, los auditorios, las escuelas, y las canchas humildes donde los jóvenes sueñan con triunfar. Su más reciente parada fue en Baja California, donde participó del Clásico de Leyendas entre América y Chivas, un encuentro cargado de nostalgia y emoción.

Lejos del ruido del fútbol profesional, Cabañas encontró una nueva pasión: compartir su historia. Con humildad y energía renovada, dedica su tiempo a hablar con adolescentes y niños sobre la importancia de no abandonar los estudios y mantenerse firmes frente a las dificultades. “Me hace feliz motivarlos, mostrarles que sí se puede salir adelante”, expresó con una sonrisa sincera.

El exdelantero, que sobrevivió milagrosamente a un disparo en la cabeza en 2010, convirtió su tragedia en motor de inspiración. Donde antes brillaban sus goles, hoy resuena un mensaje de esperanza: no importa cuán dura sea la caída, con preparación y fe, siempre hay una forma de levantarse. Salvador Cabañas no solo dejó huella en el fútbol, ahora deja huella en la vida de quienes lo escuchan.