Lo que debía ser una noche de fútbol terminó en un episodio de caos y miedo para los hinchas paraguayos en São Paulo. Al finalizar el encuentro entre Paraguay y Brasil, la Policía local actuó con violencia inusitada para desalojar a los aficionados visitantes. Los videos que estallaron en redes muestran corridas, gritos y golpes de garrote. Entre las imágenes que más impactaron, aparece la modelo Rosy Alderete, huyendo desesperadamente para subirse a su bus y escapar de la represión.
La modelo relató que el grupo de paraguayos ya se encontraba saliendo del estadio, cuando de repente comenzaron a correr personas detrás de ella. Solo entonces notaron que los uniformados los venían empujando a la fuerza. Rosy, sin entender completamente qué ocurría, corrió por instinto, temiendo ser alcanzada por los bastones. “Corrí por mi vida”, dijo. Por fortuna, no resultó herida, aunque el susto le quedó grabado en el cuerpo.
Más allá del accionar de la policía, la experiencia también se vio empañada por actitudes hostiles de algunos hinchas brasileños. Según relató Rosy, los gestos obscenos y las expresiones cargadas de desprecio no faltaron. No hubo enfrentamientos físicos con la torcida local, pero sí una tensión densa y constante, marcada por burlas y signos de racismo hacia los paraguayos.
El incidente dejó a muchos con la sensación amarga de que la fiesta del fútbol puede transformarse en una pesadilla en cuestión de segundos. En medio de la multitud y los gases, la seguridad se sintió lejana y la bienvenida, inexistente. Para Rosy, como para tantos otros, la noche terminó no con un gol, sino con una carrera desesperada entre garrotazos.