Enrique Iglesias sopla 50 velitas, y lo hace con el mismo carisma juvenil que lo convirtió en ídolo hace casi tres décadas. Con su sonrisa intacta, su gorra inseparable y ese aire de “chico de al lado”, el cantante español celebra medio siglo de vida demostrando que el paso del tiempo no ha logrado empañar su frescura ni su conexión con el público. Como regalo simbólico para sus fans, anunció su esperado regreso a España, país que lo vio nacer pero al que ha visitado poco en los últimos años.
Enrique no solo celebra cumpleaños, sino también una carrera que pronto cumplirá 30 años. Lo curioso es que este camino lo inició casi a escondidas, decidido a ganarse un lugar por mérito propio y no por ser “el hijo de Julio”. Su padre, el legendario Julio Iglesias, se enteró de su lanzamiento musical cuando ya no había marcha atrás. Con el correr de los años, Enrique demostró que su talento y su éxito no estaban atados a su apellido.
Fiel a su estilo relajado y sin poses, el intérprete de “Héroe” y “Bailando” confesó en una reciente entrevista con People que no tiene intenciones de volverse demasiado serio. “He aprendido mucho, pero espero no haber madurado del todo, quiero seguir siendo ese chaval inmaduro de 18”, bromeó. La frase lo define por completo: un artista que, a pesar de los años y las giras mundiales, sigue aferrado a su esencia despreocupada.
Con millones de discos vendidos, fans en todos los continentes y una carrera sólida tanto en inglés como en español, Enrique Iglesias festeja sus 50 en un momento de renovación personal y artística. Regresa a sus raíces, mira hacia atrás con orgullo y hacia adelante con la energía del que aún cree que todo está por empezar.