Clara Franco, una de las humoristas más queridas y respetadas de Paraguay, compartió con PrimiciasYa sus primeros pasos en el mundo de la comedia. Rememoró con ternura su primer “chiste” no planeado a los cuatro años, cuando en un festival escolar confundió la palabra “perfume” y la pronunció como “pejume”, provocando risas sin querer. Este curioso momento marcó el inicio de una carrera que poco a poco la fue acercando a la risa, aunque nunca pensó que se convertiría en humorista.

La trayectoria de Clara no comenzó en la comedia, sino en el arte y la música, su verdadero anhelo inicial. “Yo pretendía ser cantante, me formé con todo lo que sea arte”, confesó, y explicó que la comedia llegó casi como una broma que rápidamente conquistó al público. Para ella, hacer reír es una tarea compleja que requiere sensibilidad y talento, y sus grandes referentes fueron figuras como Cantinflas, Chespirito y Chaplin, quienes la inspiraron a expresar su arte a través del humor.

Durante su tiempo en “Telecomio”, el emblemático programa de televisión, Clara recordó la química especial que se vivía con el elenco, donde la risa era constante incluso durante las grabaciones. Los personajes que interpretaban se ganaron el cariño de la audiencia, y ella misma admitió que cuando un chiste no funciona, opta por reírse de sí misma para mantener la diversión y la frescura en su trabajo. “Le pongo humor de igual manera y después ya da gusto”, afirmó.

Clara Franco, desde su autenticidad y amor por el arte, ha logrado conquistar a varias generaciones con su talento y carisma. Más allá de la fama, se mantiene fiel a sus raíces y a la pasión que siente por hacer reír, demostrando que la comedia es un camino que nació del dolor, pero que se convirtió en su mayor alegría y legado para el espectáculo nacional.