Una explosiva controversia sacude las redes y pone en jaque el límite entre la pasión futbolera y el respeto por los animales. Una modelo llamada Marisol Olmedo, en aparente cumplimiento de una promesa hecha a los hinchas del Club Guaraní, protagonizó una sesión de fotos en la que aparece con el cuerpo pintado con los colores del equipo, pero lo que desató la tormenta fue que un caballo también fue completamente intervenido con body painting como parte de la producción.

La indignación no tardó en multiplicarse, y ahora el caso es investigado oficialmente por la Dirección Nacional de Defensa Animal. Su director, Héctor Rubín, confirmó que podrían existir indicios claros de maltrato animal. “La propia persona publicó en redes sociales el tipo de pintura utilizada, y hay componentes tóxicos que pueden afectar la piel y el sistema respiratorio del caballo”, advirtió en declaraciones a Radio 650 AM.

Las imágenes difundidas muestran al animal pintado de pies a cabeza, utilizado como parte escenográfica de una producción que buscaba celebrar la pasión por el club, pero que terminó generando una oleada de críticas. En redes sociales, cientos de usuarios y activistas alzaron la voz, cuestionando el uso de un ser vivo como accesorio y exigiendo sanciones ejemplares.

Desde Defensa Animal ya analizan las pruebas y no descartan medidas legales. Mientras tanto, el caso reaviva el debate sobre la normalización del uso de animales con fines estéticos o publicitarios. Para muchos, la devoción por un equipo no puede ser excusa para vulnerar los derechos de otros seres vivos. La línea entre la celebración y el abuso, parece, fue claramente sobrepasada.